El 24 de agosto 2023 fueron notificados al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud 4 casos sospechosos de botulismo asistidos en establecimientos públicos y privados de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y uno de la provincia de Mendoza, todas las personas habían compartido una reunión realizada en una casa familiar de un partido del conurbano bonaerense en la que participaron unas 15 personas. Las 4 personas afectadas, 3 adultos y una menor de 5 años, fueron hospitalizados. Todos recibieron tratamiento con suero antibotulínico. Las áreas de epidemiología y bromatología de las jurisdicciones realizaron la investigación correspondiente, producto de la cual pudo conocerse que se trata en todos los casos de familiares que compartieron entre otros alimentos, una conserva casera que se constituyó en alimento sospechoso.
El día 25 de agosto 2023 el laboratorio nacional de referencia del INEI-ANLIS confirmó uno de los casos asistidos en la CABA y obtuvo resultados positivos a partir del estudio de uno de los frascos que contuvieron la conserva consumida, identificando toxina botulínica tipo A. La sospecha y notificación tempranas de los casos posibilitó identificar rápidamente a los afectados, implementar el tratamiento de forma inmediata y movilizar la investigación epidemiológica, identificando la conserva de producción casera sospechosa (luego confirmada), lo que permitió evitar el posible consumo de los otros frascos producidos. El diagnóstico realizado en menos de 24 horas permitió confirmar el brote y la fuente y vehículo de la intoxicación.
¿Qué es el botulismo?
El botulismo es una Enfermedad Transmitida por Alimentos (ETA) grave causada por una toxina producida por la bacteria Clostridium botulinum que se encuentra presente en el suelo, el agua, resiste las altas temperaturas y se desarrolla en ausencia de oxígeno.
Transmisión
Los alimentos frecuentemente relacionados con brotes de esta enfermedad son conservas caseras, preparadas y esterilizadas de forma incorrecta, principalmente de origen vegetal: morrones, espárragos, berenjenas, etc. Otra fuente son las conservas mixtas, de origen vegetal y animal y/o escabeches con poca acidez (pH > 4,5) que permite el desarrollo de la bacteria y producción de la toxina. Los embutidos secos elaborados en forma casera, sin controles adecuados pueden ser causantes de esta enfermedad.
Síntomas
La toxina botulínica es neurotóxica, es decir, afecta al sistema nervioso. Los síntomas iniciales incluyen fatiga intensa, debilidad y vértigo, seguidos generalmente por visión borrosa, sequedad de boca y dificultad para tragar y hablar. También pueden ocurrir vómitos, diarrea, constipación e inflamación abdominal. La enfermedad puede provocar debilidad en el cuello y los brazos y afectar posteriormente los músculos respiratorios y los de la parte inferior del cuerpo. No se presentan síntomas febriles o pérdida de la conciencia.
Los síntomas por lo general se manifiestan entre 12 y 36 horas después de la ingesta (con un plazo mínimo de cuatro horas y un máximo de ocho días). Si bien la incidencia del botulismo es baja la tasa de mortalidad es alta, si no se realiza un diagnóstico precoz y se dispensa sin dilación el tratamiento adecuado (pronta administración de antitoxina y atención respiratoria intensiva).
Prevención:
No consumir conservas de origen desconocido. Verificar que los productos cuenten con rótulo o etiqueta en donde se declare marca, N° lote, fecha de vencimiento, establecimiento elaborador y registros sanitarios: RNE y RNPA o registros del SENASA si son de origen animal.
Aplicar las buenas prácticas en la preparación y conservación de los alimentos, manteniendo las condiciones de higiene adecuadas. Seguir las instrucciones para preparar conservas caseras de manera segura de la Guía de prevención del botulismo alimentario del Ministerio de Salud de la Nación.
Fuentes:
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