El 20 de diciembre de 2018, la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la resolución 73/250 estableció el 7 de junio como el Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos (DMIA).
Este año nos encontramos frente a un hecho histórico, conmemoramos el DMIA por primera vez. Bajo el lema “Inocuidad de los alimentos, un asunto de todos”, la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) nos convocan a tomar acción. La inocuidad es una cuestión de salud pública y una responsabilidad compartida desde la producción primaria hasta el consumo.
Desde ya hace muchos años, los profesionales que integramos ALIAR Gestiona y el PORTAL DE INOCUIDAD fomentamos la construcción de una "cultura de inocuidad" y nos declaramos “apasionados por la inocuidad alimentaria”, sin duda este acontecimiento nos involucra. Por esto, nos sumamos a esta campaña compartiendo nuestro análisis sobre el fraude alimentario y sus implicancias sobre la inocuidad, recopilamos información y recursos de utilidad para el armado de planes de mitigación.
Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos
Todas las personas tenemos derecho a una alimentación inocua, nutritiva y suficiente. Los alimentos son el punto de partida de nuestra energía, salud y bienestar.
La FAO expresa que esta celebración nos dará a los consumidores, productores y gobiernos la posibilidad de analizar y debatir una cuestión que damos por descontado: la inocuidad. En las etiquetas de los alimentos no se declara “inocuo”, ya que esta condición queda implícita al encontrarse disponible en un punto de venta. Como consumidores confiamos en la labor que realizan los fabricantes, los comerciantes y las autoridades sanitarias.
No existe seguridad alimentaria sin inocuidad (ver recuadro), en un mundo en el que la cadena de suministro de alimentos se ha vuelto más compleja, cualquier incidente adverso relativo a la inocuidad puede tener efectos negativos en la salud pública, el comercio y la economía global.
Los alimentos atraviesan numerosas fronteras, la colaboración entre los gobiernos, productores y consumidores debe contribuir a garantizar la inocuidad. Las normas, regulaciones y la adopción e implementación de sistemas de gestión son indispensables para asegurar esta condición. A su vez, el desafío es que todos los que participamos en la cadena alimentaria seamos conscientes de lo que debemos hacer, por qué y para quién.
Hechos y cifras
Motivos sociales, económicos y ambientales
La inocuidad es fundamental para lograr el cumplimiento de varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la celebración de este día permitirá visibilizar y analizar la situación actual.
Fraude alimentario: un flagelo a combatir
El fraude es un problema que ha ganado protagonismo generando preocupación en la industria alimentaria, las autoridades gubernamentales y los consumidores.
El fraude abarca la sustitución, adición, alteración o tergiversación deliberada e intencional de los alimentos, sus ingredientes o sus envases, así como la rotulación falsa o engañosa para obtener ganancias económicas; estas acciones podrían afectar la salud del consumidor. (GFSI, 2017)
Estas prácticas pueden ser más graves que los peligros habituales que afectan a la inocuidad porque los contaminantes pueden ser no convencionales y el número de potenciales agentes es infinito.
Aunque en los últimos años, la relación entre las palabras “adulteración”, “falsificación”, “fraude” y “alimentos” se ha hecho cada vez más estrecha y visible, el Código Alimentario Argentino (CAA) en su art. 6 contempla al fraude desde hace varias décadas:
Alimento contaminado: es el que contenga:
Alimento adulterado: es el que ha sido privado, en forma parcial o total, de sus elementos útiles o característicos, reemplazándolos o no por otros inertes o extraños; que ha sido adicionado de aditivos no autorizados o sometidos a tratamientos de cualquier naturaleza para disimular u ocultar alteraciones, deficiente calidad de materias primas o defectos de elaboración.
Alimento falsificado: es el que tenga la apariencia y caracteres generales de un producto legítimo protegido o no por marca registrada, y se denomine como éste sin serlo o que no proceda de sus verdaderos fabricantes o zona de producción conocida y/o declarada.
Riesgos del fraude
Tipos de fraude
Aunque la mayoría de los fraudes esté vinculada al etiquetado, esto no excluye que detrás haya más delitos, ya que los crímenes pueden producirse (y acumularse) a lo largo de toda la cadena alimentaria. Se trata de una práctica difícil de detectar y de extirpar, que puede conllevar serios riesgos para la salud pública y que cada año le cuesta a la industria global entre 30.000 y 40.000 millones de dólares, según informa Price Waterhouse Coopers (PwC), sin contar el daño que provoca en la confianza del consumidor y en la reputación del sector alimentario.
Recopilación de algunos casos recientes que comprometen la inocuidad
Fuentes:
Prácticas fraudulentas detectadas:
En todos casos se compromete la inocuidad y por lo tanto la salud del consumidor.
Estrategias de mitigación
Los planes y actividades para mitigar, prevenir o incluso entender los riesgos asociados con el fraude deben considerar todas las actividades de una empresa y para ello debemos tener en cuenta que estamos frente a actividades criminales (“pensar como un criminal”).
Debemos:
El esquema FSSC 22000, en su nueva versión 5.0 publicada en mayo de 2019, recomienda la siguiente forma de trabajo:
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